Nos reunimos con un par de expertos en salud mental y tenemos estos consejos para tener en cuenta durante la búsqueda de un terapeuta que se ajuste a tus necesidades.

Aquí tienes una guía rápida con los pasos para encontrar un terapeuta:

Si estás considerando la terapia — ya sea para fortalecer una relación, manejar un trauma, adaptarte a una nueva etapa de la vida, cuidar tu salud mental, o simplemente mejorar tu comunicación con alguien — encontrar al terapeuta adecuado es el primer paso.

Las investigaciones muestran que el vínculo entre tú y tu terapeuta puede tener un gran impacto en tu crecimiento y en tu proceso de sanación. Por eso es importante investigar, hacer preguntas y prestar atención en la búsqueda del profesional adecuado.

Si la terapia es algo nuevo para ti, la cantidad de profesionales de la salud mental disponibles puede sentirse abrumadora y confusa. Tener claros tus objetivos puede ayudarte a identificar al especialista que mejor se adapte a tus necesidades.

A continuación, te compartimos algunos consejos para que este proceso sea más sencillo.

Después de decidir qué tipo de terapia es mejor para ti, el siguiente paso es definir cómo un terapeuta puede ayudarte en tu situación particular.

Aquí tienes algunos pasos para mantener tus objetivos presentes mientras eliges a tu terapeuta.

1. Piensa en tus objetivos con anticipación

Ya sea que tengas claro tu punto de partida o no, ya diste el paso de buscar un terapeuta.

Pregúntate qué deseas lograr con la terapia y en qué áreas necesitas más apoyo. Según un estudio de 2018, cuando tú y tu terapeuta trabajan juntos hacia los mismos objetivos, la terapia resulta más efectiva.

Tener claridad sobre los temas que te gustaría abordar puede ayudar a tu terapeuta a comprender mejor en qué necesitas apoyo y facilitar el inicio del proceso, explica Ashley Peña, LCSW, directora ejecutiva en Mission Connection.

“Definir metas puede convertirse en un trabajo en equipo entre tú y tu terapeuta”, afirma Peña.

Si consideras que los medicamentos podrían ayudarte con tus síntomas, quizá sea buena idea buscar un psiquiatra u otro profesional autorizado para recetarlos. Los consejeros de salud mental o psicólogos no recetan medicamentos.

También piensa en qué tipo de terapia podría ajustarse mejor a tus necesidades.

Si has escuchado que la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) han sido útiles para otras personas, puedes buscar un terapeuta con certificaciones o formación específica en esos enfoques.

Si deseas formar parte de una red de apoyo con personas que entienden tus experiencias, podrías buscar un terapeuta que ofrezca grupos de apoyo o sesiones de terapia grupal.

Recuerda que tus metas pueden evolucionar con el tiempo. Está bien hablar con tu terapeuta si sientes que necesitas cambiar el enfoque del tratamiento a medida que avanzas.

2. Revisa tu seguro y tus finanzas

La terapia puede ser costosa, por lo que es importante revisar tu presupuesto y asegurarte de entender cómo cubrirás los gastos. También conviene verificar si tu plan de seguro médico incluye beneficios para salud mental.

Si planeas pagar con tu seguro, un buen primer paso es usar el directorio de tu plan para buscar terapeutas. Así confirmas que el profesional que elijas acepta tu cobertura.

También es recomendable averiguar si tu plan limita la cantidad de sesiones por año y si acudir a un terapeuta fuera de la red incrementará los costos. Si el profesional no está en la red de tu seguro, probablemente debas pagar más.

Aun así, si encuentras una buena conexión con un terapeuta fuera de tu red, pregunta si tu seguro ofrece reembolsos por estas citas. Algunos planes lo hacen, pero es importante confirmarlo antes de comenzar.

Otra alternativa es que algunos terapeutas ofrecen tarifas ajustadas según tus ingresos o incluso servicios gratuitos, comenta Darren D. Moore, PhD, MAED, LMFT.

“Las personas también pueden considerar programas de formación vinculados a universidades o colegios, donde pasantes en formación —supervisados por profesionales con licencia o profesores acreditados— ofrecen servicios”, explica Moore.

“Algunas clínicas comunitarias también aceptan pasantes que atienden a clientes, generalmente a un costo reducido o, en algunos casos, sin costo alguno”, añade.

3. Pide referencias a alguien de confianza

Una recomendación de un amigo, colega o médico de confianza puede ser una buena manera de empezar la búsqueda.

Sin embargo, recuerda que tus necesidades y objetivos pueden ser diferentes a los de la persona que te dio la referencia. Lo que funcionó para ellos no necesariamente será lo mejor para ti.

Encontrar un terapeuta puede ser un proceso largo y, en ocasiones, abrumador debido a la actual escasez de profesionales, dice Peña. No te desanimes si una recomendación personal no resulta como esperabas.

“Dar el primer paso ya es un avance”, afirma Peña. “Aunque puede ser desafiante encontrar un terapeuta, la terapia nunca ha sido más accesible gracias a los servicios de telesalud.”

Los servicios de telesalud pueden ser una excelente opción si no conoces a alguien que vaya a terapia o no tienes una recomendación personal.

4. Explora recursos locales

Si perteneces a una comunidad específica, es posible que existan recursos disponibles para ti.

Algunos ejemplos son:

  • estudiantes con acceso a un centro de consejería universitaria
  • un programa de bienestar laboral o de asistencia al empleado
  • terapia grupal o individual a través de una organización local de apoyo o defensa
  • tratamiento basado en la fe a través de una iglesia, sinagoga, mezquita u otro centro religioso

Además, dependiendo de dónde vivas, puede haber grupos de apoyo locales u organizaciones comunitarias a los que puedas acudir, como un centro vecinal.

“Para las personas que no pueden pagar la terapia tradicional, estos grupos pueden estar disponibles en persona o de manera virtual, y pueden ser gratuitos o de bajo costo”, explica Moore.

5. Usa una base de datos en línea confiable

Varias organizaciones de salud mental mantienen bases de datos actualizadas y consultables de terapeutas con licencia.

“Si te sientes abrumado y tienes dificultades para encontrar un terapeuta a través de referencias locales, buscar en línea puede darte acceso inmediato a recursos”, señala Peña.

Tu búsqueda puede comenzar simplemente ingresando tu código postal para obtener una lista de consejeros en tu área. También puedes filtrar por especialidad, como consejeros de matrimonio y familia o terapeutas especializados en el consumo de sustancias.

Algunas de las herramientas de búsqueda en línea más utilizadas incluyen:

6. Comunícate con organizaciones especializadas

Si estás buscando un terapeuta para tratar una condición específica de salud mental, podrías encontrar profesionales locales a través de asociaciones nacionales, redes o líneas de ayuda.

Aquí tienes algunos ejemplos de organizaciones que ofrecen herramientas de búsqueda para encontrar un terapeuta especializado cerca de ti:

Además, muchas organizaciones laborales y sindicatos cuentan con recursos para ayudarte a identificar profesionales que puedan atender necesidades de salud mental.

Por ejemplo, la Asociación Internacional de Bomberos ofrece apoyo para la salud mental, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el uso de sustancias.

Recursos especializados

Acceder a terapeutas que comprendan tus experiencias de vida y tu cultura es clave para tu bienestar. Aquí tienes algunos recursos que pueden ayudarte en la búsqueda:

7. Haz preguntas sobre lo que te importa

Llegar a la terapia sin expectativas rígidas puede ser muy beneficioso, explica Peña.

“Comenzar la terapia con una mente abierta y con disposición a ser vulnerable puede ayudarte a identificar las áreas en las que realmente deseas trabajar”, agregó. “A veces, lo que creemos que necesitamos atender es solo la punta del iceberg, y el verdadero trabajo ocurre cuando exploramos más a fondo.”

Cuando te reúnas con tu terapeuta —ya sea en línea, por teléfono o en persona—, lleva algunas notas contigo para recordar lo que quieras preguntar o conversar.

“En ocasiones las personas piensan que no deberían pedir cierta información a los proveedores de salud mental”, dice el Dr. Matthew Boland, psicólogo clínico con licencia. “Pero los derechos de los clientes y pacientes garantizan que todas tus preguntas e inquietudes sean atendidas. Además, las plataformas deben contar con métodos integrados para ayudarte a resolver cualquier duda que tengas.”

La Asociación Americana de Psicología sugiere algunas preguntas que podrías hacer durante la primera sesión:

  • ¿Es usted un psicólogo con licencia en este estado?
  • ¿Cuántos años lleva ejerciendo?
  • ¿Qué experiencia tiene trabajando con personas que enfrentan [el problema que quieres resolver]?
  • ¿Cuál considera que es su especialidad o área principal de experiencia?
  • ¿Qué tipos de tratamientos ha encontrado más efectivos para abordar [el problema que quieres resolver]?

La Asociación de Ansiedad y Depresión de América también sugiere preguntas como éstas:

  • Si necesito medicamentos, ¿puede recetarlos o recomendar a alguien que lo haga?
  • ¿Ofrece servicios de telesalud?
  • ¿En cuánto tiempo podría empezar a notar mejoría?
  • ¿Qué hacemos si el plan de tratamiento no está funcionando?

Nota: Si alguna vez fuiste víctima de abuso por parte de alguien en una posición de autoridad o has pasado por un trauma, puede ser útil hacer preguntas que te permitan asegurarte de que un posible terapeuta tenga la capacitación adecuada y la sensibilidad necesaria para acompañarte en estos temas.

Presta atención a las señales de alerta

La terapia debe ser un espacio acogedor y seguro para cualquier emoción que surja. Ya sea en persona o de manera virtual, presta atención a cualquier factor que te haga sentir incómodo.

Algunas señales de alerta a considerar incluyen:

  • ¿El espacio físico te resulta incómodo? ¿Se siente privado y seguro?
  • ¿Experimentas ansiedad o pánico intenso? Es normal sentir algo de nerviosismo, pero si tienes síntomas de un ataque de ansiedad o pánico, coméntalo con tu terapeuta.
  • ¿Te sientes con la libertad de decir cualquier cosa a tu terapeuta? ¿O te hace sentir juzgado o incómodo de alguna manera?
  • ¿Tu terapeuta está presente —mental y físicamente— durante toda la sesión? “Si parece incapaz de ajustar su enfoque para que te sientas escuchado, puede ser momento de considerar un cambio”, indica Boland.

8. Presta atención a tus propias reacciones

No importa cuántas acreditaciones tenga tu terapeuta: tus sentimientos de seguridad y comodidad siempre deben ser tu prioridad. ¿Puede la terapia ser incómoda a veces? Probablemente sí, ya que hablarás de temas delicados y personales.

Pero si te sientes incómodo con tu terapeuta por cualquier otra razón, está bien buscar a alguien más. No necesitas justificar tu decisión: basta con que no te sientas a gusto.

Según una encuesta de Healthline de 2022 sobre terapia en línea, el 52% de las personas encuestadas encontró un terapeuta que les hizo sentir seguros y cómodos en el primer intento. Sin embargo, el 48% necesitó reunirse con dos o más terapeutas antes de encontrar uno que realmente se ajustara a sus necesidades y con quien se sintieran bien.

Ten en cuenta las posibles señales de alerta mencionadas antes para diferenciar si tu incomodidad proviene de los nervios iniciales o de que, en realidad, no te sientes bien con tu nuevo terapeuta.

Si sientes que no puedes hablar con honestidad o que tus palabras no son escuchadas por completo, esa podría ser razón suficiente para cambiar de terapeuta.

Aquí tienes algunas cosas a observar durante tus sesiones:

  • ¿El terapeuta te interrumpe o te escucha con atención?
  • ¿Respeta tu tiempo siendo puntual en las citas?
  • ¿Valida y respeta tus preocupaciones y emociones, o tiende a minimizarlas?
  • ¿Te sientes visto, escuchado y respetado en cada sesión?
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Muchos terapeutas hoy en día ofrecen teleterapia a través de sus consultas privadas. Puedes buscarla de la misma forma que buscarías un terapeuta presencial.

Estudios muestran que la terapia por videollamada puede ser tan efectiva como la terapia presencial. De hecho, un estudio de Healthline de 2022 encontró que el 81% de los usuarios de MDLive, BetterHelp, Talkspace y Doctor on Demand sintieron que sus necesidades fueron atendidas. Entre el 80% y el 90% dijo que la plataforma que usaba era fácil de navegar.

Muchos servicios de terapia en línea pueden ser más accesibles y económicos que la terapia presencial. Las sesiones semanales suelen costar entre $35 y $80, y algunas plataformas aceptan seguros.

A continuación, encontrarás algunas plataformas de terapia en línea que hemos evaluado, probado y considerado útiles.

Cuadro comparativo de telemedicina

PreciosCobertura de seguroAspectos destacadosPara qué es mejor
BetterHelp• entre $65 y $90 por semana, según el plan y la frecuencia de las sesiones
• facturación mensual
no• comunicación por texto, chat en vivo, llamada o video
• fácil de cambiar de terapeuta
• apoyo financiero disponible
acceso rápido y sencillo a profesionales licenciados
TalkspaceDesde $99 al mes, según el plan elegidoalgunos planes de seguro lo cubren• sin contratos, puedes cancelar cuando quieras
• terapia de pareja y psiquiatría disponibles
atención integral de salud mental
Teen Counseling• entre $65 y $90 por semanano• los mensajes permanecen privados (con excepciones)
• buena opción para adolescentes que dudan en comenzar terapia
apoyo especializado para adolescentes

Tu primera sesión de terapia puede sentirse un poco incómoda, como suele pasar con muchas experiencias nuevas, comenta Peña.

“Sentir ansiedad es natural”, explica, especialmente si nunca has ido a terapia antes.

La primera reunión con tu terapeuta probablemente consistirá en preguntas y conversaciones diseñadas para establecer una conexión. Puedes compartir por qué decidiste buscar terapia, lo que ocurre actualmente en tu vida y aspectos importantes de tu pasado relacionados con el presente.

Peña sugiere que te hagas estas preguntas durante y después de la primera sesión para evaluar si hay una buena conexión:

  • ¿Puedo imaginarme abriéndome y siendo vulnerable con este terapeuta?
  • ¿Me siento seguro al hablar con esta persona sobre cualquier tema?

Al final de la primera sesión, tu terapeuta puede proponerte otra cita. Si sabes que no quieres continuar con él o ella, puedes decirlo en ese momento. Agradece su tiempo y explica que no sientes que haya compatibilidad con lo que necesitas.

Laramy Applekamp, empleada de Healthline y usuaria de BetterHelp, decidió cambiar de terapeuta porque no sentía conexión personal.

“Sentí que mi terapeuta inicial cumplía con todas mis preferencias, pero no había sintonía a nivel personal. Después de cuatro sesiones decidí cambiar de terapeuta. El proceso fue muy simple y sin estrés”, contó.

Si has estado asistiendo a sesiones y notas señales de alerta o simplemente sientes que ya no quieres continuar, puedes expresarlo —si te sientes cómodo—, dice Peña.

Si prefieres no decirlo cara a cara, también puedes enviar un mensaje de texto, un correo electrónico o llamar para informar que no deseas seguir con el tratamiento.

Sea cual sea tu decisión, lo más importante es comunicarla en lugar de dejar de asistir sin dar una explicación.

Ya sea que estés enfrentando el duelo, el trauma, dificultades en tus relaciones o busques tratamiento para una condición de salud mental, encontrar un buen terapeuta puede marcar una diferencia significativa en tu bienestar.

Para identificar al terapeuta adecuado, comienza considerando aspectos prácticos como sus credenciales, si acepta tu seguro médico, la ubicación de las consultas y sus especialidades.

Amigos, colegas y profesionales de la salud pueden ser una gran fuente de referencias. También existen herramientas de búsqueda confiables de organizaciones especializadas en distintos temas de salud mental.

Cuando hayas reducido tus opciones a unos cuantos candidatos, reflexionar sobre tus objetivos y preparar preguntas específicas puede ayudarte a confirmar si existe compatibilidad y si ambos están alineados en el plan de trabajo.

Al final, encontrar al terapeuta adecuado es un proceso profundamente personal. La conexión humana es el corazón de una terapia efectiva, y ese vínculo puede construirse ya sea en persona, por teléfono o en línea. Tómate el tiempo que necesites: tu bienestar lo merece.